miércoles, 17 de septiembre de 2008

En Maldonado izaron la primera bandera de Artigas

Decenas de militantes populares de Maldonado y otros departamentos, recordaron el domingo 10 de setiembre, en la Plaza San Fernando de Maldonado un nuevo aniversario de la firma por José Artigas del Reglamento de Tierras del 10/9/1815, izando nuevamente la primer bandera que usó nuestro Prócer en su Comuna de Purificación y leyendo una proclama alusiva a la fecha. Al acto llegaron diversas adhesiones desde Montevideo y San José. Entre ellas se destacaron la de Helios Sarthou, la del historiador Gonzalo Abella, y la del Movimiento Avanzar de San José, integrante del Coordinador Nacional de la Asamblea Popular. Todas fueron leídas y muy aplaudidas. La actividad fue convocada por Comisiones de Unidad Artiguista (COMUNA)”
Proclama del 10 de setiembre de 2008
Compatriotas:
En la actualidad existen formas de pensar y fuerzas negativas que se han coaligado y alcanzado el poder mundial, como nunca antes en la historia de la humanidad, dándose a sí mismas el presumido nombre de posmodernidad.Estamos hablando del pesimismo filosófico, de la finalidad de lucro, del despotismo militar, y del cinismo político. Todas ellas, fuerzas negativas y maneras de pensar que siempre existieron, pero que nunca como ahora habían asumido el control de la orientación del mundo. Contra esas formas de pensar y fuerzas negativas luchamos.Hablamos del pesimismo filosófico que afirma que la vida no tiene sentido, y que por lo tanto, tampoco tiene sentido, para ellos, ni la generosidad, ni el entusiasta compromiso personal de luchar para mejorar la sociedad en que vivimos. Hablamos de la “finalidad de lucro” que ha subvertido todos los valores, imponiendo el ganar dinero como fin y medida de toda actividad humana, cuando que no es más que un medio para satisfacer necesidades. Estamos hablando del despotismo militar que vive de amenazar a los civiles desarmados. Hablamos también del cinismo desvergonzado de aquellos políticos que se han vuelto profesionales del doble discurso, de la mentira y la manipulación de la gente. Estamos hablando de aquellos que prostituyen las palabras, y titulan alegremente “deuda soberana” al blanqueo que hacen de la deuda externa, como si las deudas que los gobiernos cipayos contraen pudieran aportar algo de soberanía alguna vez a sus pueblos. Cualquiera que tenga sentido común sabe que las deudas quitan soberanía. Y que conste, en toda la historia de este país, nunca, en apenas tres años, el Uruguay se había endeudado tanto como ahora. ¡Han duplicado el monto de lo que debíamos hace tres años y medio!. Y eso pesa mortalmente sobre las posibilidades de desarrollo de un auténtico “país productivo con justicia social”.Pero no les alcanza con endeudarnos, que además firman “Tratados de Protección de Inversiones”, que les dan “trato nacional” a los inversionistas extranjeros que compran los bonos de deuda pública que emite nuestro Estado. Y así, compatriotas, lo que antes era incobrable ahora se vuelve cobrable, ¡ahora sí pueden ir contra nuestro Estado para cobrarlos!. Y tampoco les alcanza con ello, sino que además en la actual reforma tributaria exoneran de impuestos a los poseedores de dichos bonos. Sí, aunque suene increíble, mientras que a los trabajadores uruguayos nos dan con todo, en el literal a) del actual IRPF, explícitamente se exonera de impuestos a los tenedores de aquellos bonos, es decir, ¡en nombre del “país productivo” exoneran al capital especulativo internacional!.¡¡Y todavía hay quienes califican este atropello al trabajo nacional, de “acto revolucionario” y “popular”!!. Pues que se enteren, ¡en nuestro vocabulario, dicha exoneración es francamente antipatriota y antipopular!.Todos ellos bailan al son de lo que se ha dado en llamar la posmodernidad, que nosotros decimos que debería llamarse “pusmodernidad” porque infecta y corrompe todo lo que toca.Algunos de ellos se atreven también a homenajear a Artigas y a su Reglamento Provisorio, y lo hacen armando el circo de traer supuestos descendientes biológicos del Prócer. Y los han ido a buscar bien lejos de nuestra patria, por cierto.Ante ello nosotros decimos claramente: ¡no nos vengan con cuentos!, ¡los verdaderos descendientes de Artigas son sus descendientes ideológicos, aquellos que han luchado, luchan hoy, y mientras vivan seguirán luchando por realizar el contenido profundamente revolucionario de sus ideas!. ¡El verdadero homenaje al Reglamento Provisorio de 1815 es nacionalizar y redistribuir las tierras del Uruguay entre los uruguayos, mediante una reforma agraria artiguista, que puede aprovechar figuras jurídicas actuales como los comodatos, u otras, pero que siempre debe empezar por favorecer a los más infelices, dándoles gratuitamente el uso de tierras y herramientas para que pueblen y trabajen los campos de la Patria, para alimento y felicidad de nuestra gente!. Compatriotas, cabe preguntarse: ¿es eso lo que se viene haciendo desde hace décadas?, ¿es eso lo que se hace hoy?. Miremos la emigración del campo a la ciudad, y miremos la dolorosa emigración de uruguayos hacia el exterior. Y al mismo tiempo miremos nuestros campos, que deberían ser un bien destinado a la producción de nuestros alimentos, para crecimiento y disfrute de todos, para asiento de nuestros hogares y de nuestra libertad. Tenemos 16 millones de hectáreas laborables, y somos solo 4 millones de uruguayos, entre los que habitamos aquí y los que viven afuera del país. Habría 4 hectáreas disponibles para cada persona, si se hiciera justicia social.En lugar de eso, hoy continúa concentrándose la propiedad de la tierra en unas pocas manos, que para peor, son cada vez más extranjeras. ¡Nunca antes en la historia de nuestro país se había extranjerizado tanta tierra en tan poco tiempo! ¡Nunca se habían despoblado tanto nuestros campos como ahora, por efecto del avance del latifundio forestal, desertificador y extranjero!. ¡Nos están haciendo una Reforma Agraria al revés, que favorece a los ricos y a las multinacionales!.¿Y tienen el coraje de decirse artiguistas quienes llevan adelante esta política económica entreguista, despobladora, contaminante, y continuadora de lo que hacían los gobiernos anteriores?. Esto sí que debería entrar en el libro de los récords, porque es el récord mundial del doble discurso.A esto debemos agregarle el avance de la soja transgénica, quitándole espacio a otras producciones vitales para nuestro pueblo. Y también debemos agregarle la exportación de nuestros principales alimentos con la carestía consiguiente en el mercado interno. Les regalan computadoras a los niños, y está bien, pero la contracara fea del plan Ceibal, compatriotas, es el plan “carnal”, que provoca la felicidad de los estancieros porque aumenta la exportación de sus productos y sus ganancias, pero deja sin comer carne y las necesarias proteínas que contiene a más de la mitad de los niños uruguayos que viven por debajo de la línea de pobreza. Serán muy lindos los asados gigantes, pero la mayoría los vemos solo por televisión, porque en la realidad cotidiana, no nos llega ni el aroma.Compatriotas, piensen con serenidad, no se dejen llevar a la queja fácil contra la burocracia del Estado o contra el aumento de la delincuencia, por aquellos que son los que defienden y protegen la verdadera causa de esos problemas. Los cinturones de miseria que rodean las ciudades, la falta de trabajo, la escasez de vivienda, el hambre, la inseguridad, la cantidad de funcionarios públicos que haya, o inclusive la existencia del ejército, que sólo ha servido en el último siglo para dar golpes de Estado contra su propio pueblo, son consecuencias de un sistema que hace que el campo expulse gente. Y lo hace, y lo seguirá haciendo si los dejamos, por los sutiles y no tan sutiles mecanismos de expropiación que están impulsando los estancieros y las multinacionales desde hace décadas, con la complicidad de los políticos profesionales, que debieran ser representantes nuestros, pero que en realidad accionan como representantes de intereses oligárquicos y extranjeros. Compatriotas, nos están dejando sin territorio, y lo están haciendo con la anuencia de esos “hombres mercenarios” al decir de Artigas, que no tienen más principios que su conveniencia y su ambición personal. Pero Artigas quería otro país, otra nación, peleó por otra sociedad. Por eso estamos hoy aquí, nosotros, comuneros del siglo veintiuno, integrantes de las Comisiones de Unidad Artiguista (COMUNA), luchando por difundir y realizar el ideario artiguista, y para defenderlo de la confusión infame en que lo quieren sepultar.“Tenga la bondad de proclamar en los pueblos la necesidad de poblar y fomentar la campaña”, le decía el Prócer al Cabildo de Montevideo el 18/8/1815. Y nosotros proclamamos hoy la necesidad de vencer el egoísmo de los más ricos y de sus cómplices, de vencer la lógica del mercado capitalista y su fuerza fáctica. ¡Hoy debemos insistir en el camino que nos enseñó Artigas, con toda la fuerza de nuestra razón y nuestros corazones!. Para asegurar nuestra soberanía alimentaria, compatriotas, es necesario comenzar por definir con claridad que la tierra productiva es, al igual que el agua o el aire, un bien público de uso social. Esto quiere decir que no es el mercado quien debe regular el acceso de las familias uruguayas a la tierra, y a los frutos que de ella se extraigan. Quiere decir que el derecho a la vivienda y al trabajo que están garantidos constitucionalmente, no pueden quedar a merced del mercado para su cumplimiento. Es el Estado quien debe asegurar esos derechos a sus ciudadanos, y para ello, de las definiciones se debe pasar a los hechos, nacionalizando la tierra productiva y redistribuyéndola entre todos los uruguayos, de acuerdo a la capacidad y a la voluntad de trabajo que demuestren.“Fomentar con brazos útiles la población de la campaña”, “con prevención que serán los más infelices los más privilegiados”, “si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la Provincia”, así nos habla Artigas desde el art. 6to. de su Reglamento Provisorio.Quien sea de verdad artiguista, que se atenga a ese mandato histórico.Compatriotas, como nos decía Artigas:“No nos cubramos de oprobio después de tanto trabajo, doblando nuestros cuellos delante de unos déspotas nacidos en medio de nosotros”, “Inflámese de nuevo el primer entusiasmo de la revolución. Bullan todas aquellas virtudes sublimes y que renazca en los ciudadanos la energía que en todas partes ha acompañado el grito santo de libertad”, “Seamos libres y seremos felices”.
Por Tierra, Trabajo y Libertad, ¡sabremos cumplir!
¡Viva Artigas!¡Viva la Patria!