lunes, 2 de junio de 2008

Un monumento que duele

EN LA CIUDAD DE SAN JOSE
Quien más, quien menos ha pasado por allí y lo ha apreciado. Cuando me refiero al proceso de apreciación, me refiero a una suma de instancias que todo ser humano realiza inconcientemente para llegar a formarse una opinión sobre algo: ver, mirar, observar, percibir para luego analizar, reflexionar, criticar. Y cuando digo criticar no me refiero a encontrar y discriminar los elementos que están mal solamente sino, y esto es fundamental, a destacar aquellos elementos positivos existentes en alguna acción o en alguna cosa. Ahora bien, y con este espíritu explicitado, cada vez que me acerco al monumento creado en homenaje a la mujer, ubicado allí, en frente a las canchas de tenis del Parque Rodó, me pregunto qué habrá pasado por la cabeza de su creador en el momento de realizarlo. Me resulta sumamente atractivo cuando alguien crea con chatarra, combinando formas, texturas, dimensiones, matices. Creo firmemente que es un proceso de lo más interesante y nada fácil, para lograr un producto que despierte en el otro diversas sensaciones y emociones a partir de un conjunto de fierros y elementos amorfos, destinados hasta ese momento, a aumentar el bulto de chatarra. Porque, quienes están de una forma u otra involucrados con el área expresiva, como creadores, como docentes, etc., les importa antes que nada el proceso que vive cada ser humano que se involucra en la producción y en la creación, más allá del producto que se obtenga. Sin embargo, en este caso, cuando se produce para exponer dicho producto y todavía se le atribuye el valor de “homenaje” y éste se refiere a algo en particular, creo que exige de parte de los responsables de su ejecución (no me refiero solamente al creador de la obra, cuya capacidad creativa no está aquí en cuestión, sino a quien tomó la decisión de encomendársela, a quién aceptó como válida la misma, a quién eligió el lugar y decidió su colocación y hasta aquellos que estuvieron en el momento de su inauguración) un mínimo de sensibilidad y de cuidado al permitir exhibirla, pues no sólo, puede no ser un homenaje sino una visual y declarada agresión. Qué es hacer un monumento para alguien?, es realizar una obra en arquitectura, en escultura o grabado realizada para perpetuar el recuerdo de una persona o hecho memorable. Qué es realizar un homenaje a alguien?, según el diccionario significa celebrar una serie de actos en honor de una persona, veneración, respeto hacia la misma. Entonces hay dos opciones : o aclaramos que no es un monumento, que no es homenaje para nadie; o nos tomamos más en serio la actividad de decidir acciones y nos proponemos ser más cuidadosos con la sensibilidad humana. Me pregunto cuántas de nosotras nos sentimos identificadas con este producto, me pregunto a cuántas de nosotras nos agrada pasar un momento delante de dicha imagen para sentirnos congratuladas con las ideas que ella refleja. En esta escultura se logra que lo explícito duela, agreda, hasta insulte, porque aquella mujer que se cuestione por qué una plancha en una mano, (como si no aceptáramos que somos antes que nada madres, amas de casa), tiene el consuelo de ver en la otra mano un libro.. Como si se desconociera que existe la suficiente inteligencia en las mujeres para poder abordar la información del mundo con propiedad y más aún, la capacidad de producir conocimiento . Pero la cuestión no queda allí, porque las facciones que porta la escultura son más agresivas aún, me pregunto si no estaría mejor resuelto un rostro “sin rostro”. Tal vez de esta manera cada uno que se pare delante de ella pueda imprimirle el rostro de quien más desee y seguro que será más dulce, más agradable, más tierno que lo que allí se expresa. De último y superando el análisis de un hecho aislado, como debe ser, creo que es tiempo de que cada uno de nosotros, hombre y mujeres hagamos ver lo que realmente es en esta cosa de la administración de los bienes públicos, de los dineros colectivos, porque quien tiene el poder de decidir el destino de los mismos debiera tener claro que está administrando los fondos de todos nosotros y si por ahí, se olvida, somos todos responsables de hacérselo ver. ¿Alguna de las mujeres de este departamento solicitó la presencia de esta escultura?, ¿alguien sabe cómo fue el proceso de designación del responsable de ejecución?, alguien pudo opinar sobre el bosquejo de la misma antes de su realización?. Algunos pensarán que no hay que hacerse tanto problema por un simple monumento, y yo creo que hay que hacerse problema por cada cosa que se hace mal hecha, por cada decisión unilateral que se toma, por cada acto de abuso de poder que se ejecute. Más duele aún cuando no se recibe apoyo para colmar necesidades reales de la gente y se sigue desperdiciando nuestros recursos en elementos mediocres y de muy mal gusto.
Una mujer maragata que no quiere monumentos para llenar fórmulas.

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